domingo, 30 de diciembre de 2012

El casino bancario manipulado

Aunque a veces no lo parezca, Venezuela sigue formando parte de la economía mundial, por lo que me permito de nuevo tocar el tema de las malas regulaciones bancarias. Por cuanto muchos adjudican la crisis bancaria, en Europa y los Estados Unidos, a que los bancos actuaban como unos casinos, les explicaré las alternativas de préstamos e inversiones que un banco puede hacer, en términos de dos de las apuestas en una mesa de ruleta.


En ruleta hay la "apuesta segura", a negro o rojo, que paga 1 a 1 y la "apuesta arriesgada", a cualquier número, y que pagan 35 a 1. Ambas apuestas tienen un rendimiento esperado idéntico, aun cuando en el caso de la ruleta éste siempre resulta ser negativo, por cuanto la casa gana cuando sale el cero. 

Pero imagínense que de repente un Comité de Basilea para la Supervisión de Ruleta, se preocupó que algunos jugadores hacían demasiadas "apuestas arriesgadas" y que perdían todo su dinero muy rápido, y lo cual podría reflejarse muy mal en ellos como autoridad reguladora , y por lo que decidió hacer algo al respecto. 

Y a tal fin, tal Comité decretó Ruleta Basilea II y el cual, con el fin de mantener a los jugadores jugando más tiempo y no perderlo todo tan rápido, elevó el dividendo de una "apuesta segura" cinco veces, a 5 a 1, mientras que el dividendo de una "apuesta arriesgada" seguía siendo 35 a 1. 

¿Y qué paso? ¡Lo que tenía que pasar! Todos los jugadores corrieron a hacer "apuestas seguras, y ya nadie hacía las "apuestas arriesgadas", por cuanto éstas ya no tenían sentido. 

Y los jugadores se emocionaron con sus ganancias, y apostaron más que nunca, a lo rojo o negro, a lo seguro, y así que, cuando de repente apareció el cero, como tarde o temprano tenía que ocurrir, se perdieron las fortunas más grandes, hasta el punto tal que el casino tuvo que hasta pagarles el taxi a casa. 

De igual manera, antes de las regulaciones bancarias de Basilea, todos los préstamos bancarios o alternativas de inversión, le producían al banco el mismo retorno esperado sobre capital, ajustado por el riesgo percibido y el costo de transacción, por cuanto eso es lo que suele resultar de un mercado libre y competitivo. 

Pero hoy, de acuerdo a Basilea II, cuando un banco le presta a los "infalibles", tales como "sólidos países soberanos" y a poseedores de una calificación de crédito triple-A, sólo se les requiere mantener un 1.6 por ciento en capital, lo que significa un apalancamiento de capital autorizado de 62.5 veces a 1. Y eso resulta ser cinco veces mayor que el apalancamiento permitido cuando los bancos le prestan a "los riesgosos", tales como medianas empresas, y para lo cual los bancos deben mantener un 8 por ciento en capital, o sea un apalancamiento de sólo 12.5 a 1. 

Esta manipulación de las expectativas de retorno de la banca, y que elevó de una manera inmensa la rentabilidad de los bancos al prestarle a los "infalibles" comparado con prestarle a "los riesgosos", garantizo que cuando ocurrió el "cero bancario", el que algunos "infalibles" no eran tan infalibles, los bancos se encontrasen desnudos sin capital. Y mucho peor, eso también le imposibilita a los bancos a realizar su vital función de asignación de recursos económicos con eficiencia. 

Y lo más triste es que a los cinco años después del desastre en 2007-08, la manipulación de las expectativas de rendimiento de la banca aún no es objeto de debate; y la próxima Basilea III, con requisitos de liquidez que también están en función del riesgo percibido, solo amenaza empeorar las distorsiones.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Sr. Regulador de Bancos: ¿Tiene un empleo en una empresa triple A un mayor valor para la sociedad que uno en una pequeña empresa “riesgosa”?

En la actualidad, por sus acciones, Usted claramente responde "Sí" a esta pregunta. 

El hecho es que con sus requerimientos de capital para los bancos basado en los riesgos percibidos, el acceso al crédito bancario para quien este percibido como “riesgoso” se hace mucho más difícil y costoso de lo normal, mientras que, para uno de sus “infalibles”, ese mismo acceso se hace mucho más fácil y barato de lo normal. 

Eso sencillamente no tiene sentido y distorsiona por completo la función de una asignación eficiente de recursos económicos de nuestros bancos. 

Son justamente "los riesgoso", las pequeñas empresas y emprendedores, quienes más necesitan del acceso al crédito bancario en condiciones de mercado que sean justas, y es también esos mismos prestatarios, quienes tienen las mayores posibilidades de crear las próximas generaciones de empleos. 

Además: ¿Por qué un banco tiene que tener más capital cuando le presta a una pequeña empresa que genera empleos en el sector privado que cuando le presta a un gobierno que crea empleos en el sector público? 

Sr. Regulador Bancario, si yo fuese un joven europeo, con pobres perspectivas de empleo, le patearía el culo, lo más fuerte posible. Sus regulaciones discriminan odiosamente a favor de "Los infalibles" y en contra de "Los Riesgosos"... y con ello en contra del futuro mío.

jueves, 8 de noviembre de 2012

“Los Infalibles” vs. “Los riesgosos”

En Venezuela ustedes conocen mi obsesión en lograr que las resultas petroleras se repartan directamente a la población, para así hacer viable una real democracia.

Fuera de Venezuela, mi obsesión es la de pelear contra unos desastrosos paradigmas de regulación bancaria, y que están derrumbando las economías. Acepto que el tema les puede resultar algo surrealista en la Venezuela de hoy; aún así espero sigan leyendo.

En esencia, lo que objeto, es que los reguladores le permiten a los bancos tener mucho menos capital propio cuando invierten el dinero de los depositantes en activos considerados menos riesgosos, que cuando lo invierten en activos considerados como más riesgosos.

Tal hecho, y que reconozco les puede sonar como algo lógico, causa la distorsión de elevar inmensamente el retorno sobre capital bancario posible, cuando éstos le prestan a lo que oficialmente se considera de bajo riesgo, comparado con el que pueden obtener prestando a lo considerado como riesgoso.

Por ejemplo, para prestarle a "Los infalibles", tales como lo que cuenta con una calificación de riesgo AAA, o países soberanos dizque sin problemas, los bancos solo necesitan tener el 1.6% en capital; o sea puede apalancar su capital 62.5 veces a 1. Mientras que, para prestarle a "Los riesgosos", tales como pequeñas empresas, a los bancos se le requiere tener un 8 % de capital, cinco veces más, o sea el apalancamiento se limita a 12.5 a 1.

Un 1 por ciento de margen neto después de costos y riesgos, prestados a "Los infalibles", le produce al banco un retorno del 62.5% anual mientras, que ese mismo margen, derivado de prestarle a "Los riesgosos", sólo les produce un 12.5%. ¿Qué "riesgoso" puede competir con eso?

Y la determinación sobre quién es quién, infalible o riesgoso, es de unas pocas humanamente falibles calificadoras de crédito. En septiembre 2002, aquí mismo, en un artículo titulado "Lo riesgoso del riesgo país" escribí:

"Si se subestima el riesgo país, ese país quedará inundado de préstamos y endeudado hasta el tequeteque, para luego enfrentar una ola de ajustes. Si se exagera el riesgo país, eso aumentará la tasa de interés que debe pagar y dificultará su acceso a los mercados, hasta tal punto que la equivocada calificación, podría terminar siendo verdad. En todo caso, ambos extremos, acarreará hambre y miseria humana".

Un ejemplo, Grecia. Hasta hace poco era considerada como uno de "Los infalibles" por lo cual la banca, encantada, le prestaba para ganarse una bola de retorno sobre capital, hasta que, naturalmente, le prestaron excesivamente. Y así ahora Grecia pasó a ser de "Los riesgosos", y nadie le quiere prestar, y a los bancos ni siquiera les queda el capital con qué hacerlo, aun cuando así quisiesen.

Pero no es solo que estas regulaciones condenan a los puertos seguros quedar peligrosamente sobrepoblados, sino además que las bahías algo peligrosas, pero que aún así pueden producirnos beneficios, tales como creación de empleos, se quedan sin explorar.

Cuando se saca cuentas sobre el costo del desastre financiero-bancario que azota a Estados Unidos y Europa, el mayor costo puede estar representado por las oportunidades que no se financiaron, debido a estas regulaciones que subsidian a "Los infalibles" y gravan a "Los riesgosos".

En términos de beisbol estas regulaciones equivalen a permitirles a los bateadores calificados como excelentes, el tener 5 strikes antes de cantarles un ¡Out!, mientras que, a bateadores malosos como yo, al primer strike nos retiran.

jueves, 16 de agosto de 2012

Dañada la corteza prefrontal ventromedial

... ¿Pero porqué a los venezolanos, a sabiendas de cómo las resultas petroleras centralizadas le han causado tanto daño a la gobernabilidad de nuestro país, se nos hace tan difícil hacer algo al respecto? El libro de Malcolm Gladwell, “Blink: Inteligencia intuitiva”, 2007, puede que contenga una pista para responder tal pregunta.

En “Blink”, Gladwell comenta que personas con daños en la corteza prefrontal ventromedial (algo que tiene que ver con el cerebro, no me pregunten) pueden ser muy inteligentes y racionales, pero carecen de esa capacidad de juicio que les permite tomar buenas decisiones y centrarse en lo realmente importante… causando una total desconexión entre lo que saben y lo que hacen.

¿Será entonces que los vapores emitidos por resultas petroleras centralizadas causan este tipo de daño a la corteza prefrontal ventromedial?

Por cierto, no es sólo los venezolanos que pueden estar sufriendo de esa lesión. Los reguladores bancarios, aún a sabiendas que todas las crisis bancarias del mundo han resultado exclusivamente de excesivos prestamos a lo que se consideraba, erróneamente, como absolutamente nada riesgoso, y jamás de algo considerado, correctamente, como riesgoso, siguen aplicando requerimientos de capital a los bancos que son infinitamente menores cuando algo es considerado como absolutamente nada riesgoso que cuando es percibido como riesgoso.

jueves, 26 de abril de 2012

El gran riesgo de la aversión al riesgo

Como miembro de la sociedad civil, sea lo que sea tal cosa, acudí a las recientes reuniones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI), esta vez en representación de mi nieta que, con sus pocos meses de nacida, aún no tiene la suficiente capacidad de protestar lo que pudiese ser una usurpación de representación. Uno de los temas a debatir, era la creación de empleos, y, por supuesto quiero que mi nieta, y los de su generación, tengan abundante acceso a buenos empleos.

El mundo está hoy enfrentando una crisis financiera de proporciones monstruosas, lejos de ser resuelta, como resultado natural de los excesivos incentivos que los reguladores le otorgaron a los bancos para que prestasen o invirtiesen en lo que oficialmente, ex ante, se había definido como poco o nada riesgoso... por ejemplo Grecia, títulos "subprime" triple-A, bancos de Islandia y demás hierbas silvestres que resultaron tan peligrosas, ex post. En otras palabras, una crisis causada por unas regulaciones que contenían una excesiva aversión al riesgo.

Pero, a los expertos, no se les ocurre otra cosa que, en el "Informe sobre la Estabilidad Financiera Global 2012" preparado por el FMI, seguir hablándonos de activos seguros; y seguir ignorando el que nada puede ser tan peligroso para unos puertos inherentemente más seguros, que el exagerar su seguridad, y por ende correr el riesgo de convertirlos en unas sobrepobladas trampas mortales.

Y en su informe nos listan un "Inventario de Activos Mercadeables Potencialmente Seguros"; en donde da la impresión que lo de "potencialmente" fue incluido a regañadientes. Esa lista contiene un total de 74.4 billones de US dólares (millones de millones): 33.2 (45%) en bonos soberanos AAA/AA; 5 (7%) en bonos soberanos A/BBB; 16.2 (21%) en títulos valores con garantías especiales; 8.2 (11%) en deuda privada calificada de grado de inversión; 3.4 (5%) en otras deudas gubernamentales o supranacionales; y 8.4 (11%) en oro.

Por cierto, por cuanto a sus precios actuales el oro sólo puede tener valor como una póliza de seguro, para el caso que los demás activos terminen no valiendo nada, no entiendo como el oro y los demás activos "seguros" puedan estar en una misma lista.

Y algunos expertos mencionaban, vez tras vez, casi como unos mercaderes de bonos soberanos "triple-A", casi como para evitar necesitar que sus mismos bancos centrales compren tales bonos, que uno de los problemas más agudos del sistema financiero, es la escasez de activos seguros. Por supuesto, todos queremos activos seguros, quién no, pero en gran parte su escasez real, también depende de que los reguladores le exigen a sus entes regulados poseer esos activos "seguros", por lo que a nosotros, los simples ciudadanos, se nos dificulta adquirir tales activos seguros, a unos precios seguros.

Pero, volviendo a las perspectivas laborales de mi nieta, lamentablemente nada dice el informe sobre la imperiosa necesidad de activos "riesgosos", tales como préstamos a pequeños negocios o emprendedores, y los cuales, a la hora de la verdad, son los que más pueden generar los puestos de trabajo que eliminen ese inmenso riesgo de millones y millones de jóvenes sin empleo.

Por favor, reguladores, el mundo necesita de tomar riesgos auténticos y no esconderse en las faldas de seguridades artificiales que sólo producen fragilidad. ¡Sin la toma de riesgos no puede haber estabilidad!... excepto, por supuesto, por la del tipo tumba.

jueves, 5 de abril de 2012

Se necesitan dignos desempleos

¿Qué político no habla de lograr crear empleos dignos y bien remunerados para los jóvenes? Pero, si eso no fuese posible... ¿qué rayos hacemos?

Por supuesto que la sociedad debe reventarse el alma buscando solucionar el problema del desempleo juvenil... incluyendo quizás hasta contemplar locuras como el desarrollar la cultura del ocio a niveles jamás pensados, ¡seis meses de vacaciones! Pero también debería prepararse para manejar un número creciente de desempleados, no los coyunturales sino los estructurales, o sea, a quienes nunca jamás en su vida tendrán una oportunidad de obtener un trabajo económicamente productivo. 

Hace dos décadas, medio en broma, pregunte en un artículo algo así como si era preferible tener cien mil desempleados corriendo cada quien por su lado como gallinas cluecas, o lograr sentarlos en un inmenso círculo humano donde cada quien le rasca la espalda a su vecino, cobrando mucho por sus servicios, mientras que su propia espalda le es rascada por su otro vecino, a un precio por servicio igual de alto. La tragedia es que tal pregunta se me está haciendo cada día menos hipotética. 

Y no necesariamente resulta un acto de desesperación pensar qué hacer con los desempleados... por cuanto a veces, al buscar desenredar una cabuya enmarañada, el comenzar con la otra punta, puede ser la mejor manera de liberar la primera. ¿Qué es mejor: educar para unas fuentes de empleo que puedan resultar inexistentes y así sólo crear frustraciones, o educar para el desempleo y de repente conseguirse en el camino, la sorpresa agradable de unos empleos? 

El poder de una nación, la productividad de su economía, la que hasta la fecha ante nada la hacíamos dependiente de la calidad de sus empleados, puede en un futuro igualmente depender de la calidad de sus desempleados, como mínimo en el sentido que estos no interrumpan las labores. 

El hecho que los gentleman de una clase ociosa a la cual se refería Thorstein Veblen no trabajasen, reflejaba en esencia el que estuviesen libres de necesidades económicas. Pero de ello no se puede concluir que la economía y la paz social del momento, igualmente no necesitasen de no tener tales caballeros compitiendo por los pocos puestos de trabajo que existían, como consecuencia de una revolución industrial. 

Los gentleman eran estimulados para estudiar filosofía y arte por el estatus social que ganaban al conocer de tales materias. En tal sentido, uno de los retos más importantes que en la actualidad tenemos como sociedad es: ¿cómo crearles a los desempleados un estatus social que los incentive a ser sólidos y dignos ciudadanos desempleados? 

Y necesitamos de imbuir a los desempleados con un orgullo muy especial, pues solo así lograremos evitar que hagan exigencias económicas imposibles... hasta la fecha no he encontrado pistas sobre el cómo manejar una contratación colectiva con sus representantes sindicales. 

Ante nada tenemos que cuidarnos de los peligros del ocio, por cuanto lo último que necesitamos es que los estructuralmente ociosos estén ociosos, ni siquiera coyunturalmente. Muchos de los desempleados de nuestros jóvenes se encuentran por lo menos ocupados con sus celulares, y no queremos que se desocupen... y por lo que entregarles sus resultas petroleras, para que se compren lo que más les provoque, algo así como un iPad, suena a buen comienzo. 

Amigos, Venezuela debe aspirar a tener buenos empleos, pero también a tener los mejores desempleados del mundo.