sábado, 26 de julio de 2014

Cantautores, les toca salvar España. Ayúdenme, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, José María Cano, José Luis Perales y los demás.

España, por haber aceptado las regulaciones bancarias emitidas por el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria del G10 introdujo, mediante los requerimientos de capital de bancos basados en la percepción de riesgos crediticios, y como si esa percepción ya no era lo suficientemente considerada, un tremendo incentivo a los bancos para prestarle a los infalibles y olvidarse de prestarle a los riesgosos, tales como sus medianas pequeñas empresas y demás empresarios.

Eso, que de hecho castró a la banca española, asegura que ésta ya no tome los riesgos que se requiere para financiar el futuro de sus jóvenes y sólo se dedique a refinanciar el pasado de sus viejos.

Llevo mucho más que una década advirtiendo sobre esto, hasta como Director Ejecutivo en el Banco Mundial, sin éxito alguno, puesto que le resulta muy difícil a los reguladores aceptar que lo que hoy ven como riesgoso fue lo que ayer vieron como seguro... y más difícil entender que lo que hoy pueden ver como lo riesgoso puede ser lo seguro que les salvan el futuro.

En tal sentido me dirijo a Ustedes, cantautores y poetas de España… por favor ayúdenme con sus poesías, encontrar las palabras que venza esta la tan malentendida aversión al riesgo.

"No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas." Séneca

jueves, 24 de julio de 2014

Mi carta al Rey Felipe VI

Hace unas semanas, durante su juramentación como Rey, oí a Felipe VI expresar una profunda preocupación por transmitir un mensaje de esperanza a los jóvenes desempleados en España.

El día siguiente, en su primer día de trabajo, y con la misma fe con la cual uno poner a flotar una botella con una carta por los océanos, le coloque en la red un mensaje al Rey. Para darle un empujoncito a esa botellita, hoy les refiero algo de su contenido.

Como puede no sorprenderles, le indicaba al nuevo Rey el inmenso daño que le hace a la economía las regulaciones bancarias de Basilea, fundamentadas en permitirles a los bancos mantener mucho menos capital propio contra activos considerados como "seguros", que contra activos considerados como riesgosos.

Eso hace que los bancos puedan apalancar mucho más su capital prestándole a lo seguro y, por lo tanto, ganan mucho más altos rendimientos ajustados por riesgo prestándole a lo "seguro"... y por lo cual ya no le prestan a "los riesgosos"... en otras palabras a las pequeñas y medianas empresas y a los emprendedores en general... justo a quienes más posibilidades tendrían de crear la nueva generación de empleos que tanto necesitan y merecen nuestros jóvenes.

Los "seguros" de hoy fueron casi todos los "riesgosos" de ayer. Las regulaciones han castrado a los bancos, especialmente los de Europa, los cuales ya no financian el futuro riesgoso sino que solo se dedican a refinanciar el pasado seguro.

Y lo más triste es que tales regulaciones no sirven para disminuir el riesgo de severas crisis bancarias. Todo lo contrario. Por cuanto las crisis bancarias siempre han resultado de un exceso de préstamos bancarios a lo que ex antes se consideraba como muy seguro, pero que ex pos resultaron muy riesgosos... y jamás de un exceso de préstamos a los riesgosos, lo único que aquello garantiza es que cuando ocurra una crisis, ésta agarre a los bancos desnudos en pelota, sin capital.

Como por ejemplo, la actual crisis. Las más importantes pérdidas se originaron en activos súper seguros contra los cuales los reguladores permitían a los bancos mantener un capital propio ínfimo, tal cual los bonos AAA garantizados con hipotecas al sector subprime de Estados Unidos, o las hipotecas en España... o hasta mantener cero capital... como cuando los bancos le prestaban a Grecia.

El requerirles a los banqueros mantener más capital cuando les prestan a los riesgosos, es como obligarles a los niños comer brócoli cuando comen espinacas. El permitirles a los banqueros mantener menos capital al prestarles a los "absolutamente seguros", es como darles a los niños helados... si se comen la torta de chocolate.

Espero que mi mensaje le llegue a Felipe VI y que comprenda que la banca en su país ha sido obligada a ser mucho más temerosa de lo necesario... y si hay algo que los jóvenes necesitan saber, es que su país acepta correr los riesgos necesarios para que ellos puedan tener futuro... no evadir los riesgos que unos reguladores bancarios consideran necesario... como para asegurar sus propias pensiones.


PS. No es la primera vez que le escribo una carta a un monarca. En 2009 The Phnom Penh Post me publicó una carta al rey Norodom Sihadoni de Camboya, escrita con ocasión de haberse descubierto petróleo ahí. Como podrán sospechar en ésa le rogaba al Rey ayudar entregar las resultas petroleras al pueblo de Camboya, y no centralizar tanto poder en manos de los sábelo-todo-agárralo-todo de turno.


jueves, 26 de junio de 2014

Hoy, 10 años de la firma de Basilea II

¿Y qué interés puede tener para nuestra Venezuela de hoy, que el 26 de junio de 2004, el G10 aprobase las regulaciones bancarias conocidas como Basilea II?

Pues ese día, unos supuestos expertos reguladores, decidieron que era mucho más importante la estabilidad de los bancos, que el crecimiento económico que podía resultar de los bancos tomar los riesgos de prestarle a quienes podrían considerarse como crediticiamente riesgosos. Y como cuando una bicicleta se para se cae, igual las naciones se estancan y se caen, cuando dejan de tomar riesgos.

En tal sentido, por lo menos en nombre del mundo occidental, ese día los reguladores lanzaron el grito del "¡Ya basta... hasta aquí llegamos!"... y comenzó la rodada cuesta abajo. Y eso como entenderán, no es poca cosa. Eso es algo que en Venezuela también nos afectará mucho, de una manera u otra.

Explico: El pilar de Basilea II es que se le permite a los bancos mantener mucho menos capital patrimonial contra préstamos otorgados a clientes percibidos como absolutamente seguros, que contra préstamos a quienes se consideran riesgosos. Y como los perceptores fundamentales de riesgos, se designo a las agencias calificadoras de riesgo crediticio.

Pero, al ignorar que tales riesgos ya estaban considerados en las tasas de interés, en el monto de los préstamos y en las demás cláusulas, el resultado fue permitirle a los bancos ganar mucho más altos rendimientos ajustados por riesgo sobre capital, al prestarle a los "infalibles soberanos", al sector viviendas y a quienes poseían calificaciones crediticias AAA, que al prestarle a "los riesgosos", las pequeñas y medianas empresas y los emprendedores.

Y por lo cual, tal como lo veo, desde ese momento los bancos dejaron de financiar el futuro más riesgoso, para limitarse a refinanciar un pasado más seguro.

De hecho tomó pocos años para que los bancos en consecuencia le prestasen demasiado a lo que ex ante era percibido como seguro, como a Grecia o al sector inmobiliario en España, o invirtiendo en los títulos calificados AAA respaldados por hipotecas al sector "subprime"estadounidense. Todo lo cual resultó en la reciente crisis financiera del Atlántico Norte.

Y desde aquel fatídico día nuestros empresarios riesgosos, aquellos quienes más nos deben interesar que tengan un acceso competitivo al crédito bancario, lo tienen menos. Muy especialmente cuando los bancos se quedaron con poco capital, después que muchos de esos créditos "seguros" y para los cuales a los bancos se le requerían tener poco capital, se tornaron sumamente riesgosos.

Y aquí estamos 10 años más tarde, y el problema de la distorsión en la asignación de los créditos bancarios que estas regulaciones producen, ni siquiera se ha comenzado a discutir.

Y en consecuencia la reciente liquidez inyectada en la economía, por los bancos centrales con su flexibilización cuantitativa, y por los gobiernos con sus déficits, se convirtió en una dieta sólo basada en "seguros" carbohidratos y grasas, y nada de "riesgosas" proteínas. Y por lo que ahora, en Europa y en los Estados Unidos, no se ve un crecimiento económico muscular, sólo algo de una obesa hinchazón.

Los actuales reguladores bancarios, como baby-boomers, con sus jubilaciones a la vuelta de la esquina, reaccionaron ante sus propios monstruos del corto plazo, sin siquiera establecer si existe una causalidad entre los préstamos bancarios a los que ex ante son percibidos como riesgosos y las crisis bancarias. ¡Qué traición a los jóvenes desempleados!

El Universal

viernes, 20 de junio de 2014

Carta pública al Rey Felipe VI de España, en su primer día de trabajo, sobre las regulaciones bancarias que discriminan a muchos de sus súbditos.

Estimado Rey Felipe VI de España. 

No soy su súbdito, pero por cuanto durante unos dos breves años fui honrado con ocupar como Director Ejecutivo la silla que junto a siete otros países representaba a España en el Banco Mundial, y por muchas otras razones que no vienen al caso, me preocupo por el bienestar de España.

Hoy, después de haber oído unos párrafos de su discurso de ayer y que me indica que puede Usted estar interesado en el tema que tocaré, guindo esta carta en la red con la misma esperanza que le llegue que podría tener de introducirla en una botella y ponerla a navegar por los océanos… pero quien sabe :-)

El mensaje que le deseo hacer llegar es que todos aquellos súbditos suyos que no pueden obtener las mejores calificaciones crediticias, entre otro por el costo que solo ese proceso implica, están siendo odiosamente discriminados en su acceso al crédito bancario, no sólo por los banqueros, lo cual sería natural y tradicional, pero en este caso, y sin ninguna justificación, por los reguladores bancarios.

Aquello ocurre por cuanto al permitir los reguladores a la banca mantener un capital accionario muchísimo menor cuando financian a un “infalible” que cuando financian a un “riesgoso”… lo cual se traduce en que los bancos obtienen un rendimiento ajustado por riesgo mucho mayor sobre su capital financiando los infalibles que financiando los riesgosos… lo cual resulta en que los infalibles obtienen más crédito a menores tasas que lo normal, mientras que los riesgosos reciben menos créditos y a tasas comparativamente más altas que lo normal.

Y tal discriminación regulatoria se hace especialmente pesada en épocas cuando la banca anda extremadamente escasa de capital social, especialmente por haber sufrido grandes pérdidas en actividades consideradas como no riesgosas y para las cuales le era permitido tener muy poco capital.

Y como consecuencia directa de todo esto una multitud de empresas medianas y pequeñas, así como emprendedores, no tiene ese justo acceso al crédito bancario que les permitiría crear las fuentes de trabajo que tanto necesita la juventud de España, para no volverse una generación perdida.

No deseo quitarle más tiempo, si desea puede encontrar mucho más sobre el tema en este mismo sitio, y por supuesto me sitúo a sus órdenes. No obstante, antes de despedirme, permítame explicarle la razón por la cual sostuve anteriormente que esta discriminación regulatoria es totalmente injustificada.

Simplemente resulta que en la historia jamás se ha desatado una crisis bancaria significativa como resultado de un exceso de préstamos a los que eran considerados como riesgosos, todas tales crisis han resultado de excesivos prestamos a los que se consideraban como muy seguros desde un punto de vista crediticio, como puede ser el sector inmobiliario, la AAAristocracia o, perdóname por tener que recordarlo, uno que otro soberano infalible.

Majestad, pídale solo a los reguladores que le expliquen donde rayos encuentran ellos la causalidad entre un prestamista ser calificado ex ante como riesgoso, desde el punto de vista crediticio, y la quiebra de bancos.

¿De por qué no hablo directamente con los reguladores? Lo he tratado por más de una década… en cientos de ocasiones…por todas las vías posibles… pero quienes se creen genios no les gusta oír sobre la posibilidad de que estén totalmente equivocados. Quizás Usted pueda tener más suerte… por lo menos al estar comenzando este su primer día de trabajo como Rey.
Por cierto… ¡Buena suerte!

Atentamente,

Per Kurowski

@PerKurowski

Nota: Mientras esta carta viaja por la red se agradece toda sugerencia para que, de llegarle a las manos de Felipe VI, por lo menos cumpla con las formalidades más básicas.

jueves, 19 de junio de 2014

El control de capitales que el FMI apoya

Abrumado por lo que pasa en mi país, hago una breve pausa para referirme a la guerra que incompetentes y pusilánimes reguladores del Comité de Basilea, han declarado contra lo que ellos consideran es el riesgo de los bancos.

El pilar de sus actuales regulaciones bancarias, son los requerimientos de capital accionario que debe mantener la banca contra distintos activos, de acuerdo al riesgo crediticio percibido.

Por ejemplo las reglas Basilea II permite a los bancos prestarle inmensas sumas a soberanos "infalibles", con cero capital; a privados calificados como AAA, contra solo 1.6% de capital; mientras que, por los pequeños préstamos a empresas o emprendedores, se les exige tener un 8% de capital.

Por cuanto el riesgo crediticio que se percibe ya es considerado por los bancos en las tasas de interés que cobran, lo anterior resulta en que los bancos puedan ganar tasas de retorno ajustadas por riesgo sobre capital mucho más altas cuando le dan crédito a los "seguros" que cuando se lo dan a los "riesgosos".

Y como consecuencia la cartera de los bancos cada día se concentra más en lo que se percibe como seguro, mientras que el crédito bancario a lo riesgoso, ese crédito tan necesario para financiar nuestro futuro, cada día se hace más escaso.

Si uno se asegura contra todos los riesgos, uno corre el riesgo que después de pagar todas las primas de seguro, ya uno no tenga con qué comer. En tal sentido siempre le recuerdo a quienes analizan riesgos que primero definan cuáles son los objetivos más importantes, para así mejor entender cuáles son los riesgos que no pueden dejar de asumir.

Los ciudadanos tenemos un interés vital en que los créditos bancarios se adjudiquen a la economía real de manera eficiente, por cuanto de ello dependerán las futuras fuentes de trabajo. Y por lo tanto, el evitar correr el riesgo de que los bancos quiebren, nunca debería incluir algo que le dificulte a la banca distribuir adecuadamente sus créditos.

De repente si el capital bancario requerido fuese algo menor para proyectos que tuviesen unas buenas calificaciones sobre su potencial de generar nuevas y distintas fuentes de trabajo, lo entendería... pero, para solamente evitar el riesgo de quiebra de unos bancos, jamás.

Y aun cuando esas regulaciones de facto funcionan como un control de capitales, canalizando los créditos bancarios hacia los "seguros" y alejándolos de los "riesgosos", el Fondo Monetario Internacional, ese que tanta historia tiene oponiéndose a los controles de capital, ni siquiera se da por entendido.

Claro está, el FMI tiene entre sus responsabilidades explícitas el buscar asegurar la estabilidad financiera, por lo cual puede haber confundido eso con el evitar las quiebras de algunos bancos. No obstante aún si así fuere, un simple estudio empírico sobre las causas de las crisis bancarias, le hubiese indicado que estas jamás resultan de excesos de préstamos o inversiones en aquello que se percibe riesgoso, pero exclusivamente de excesos en lo que ex ante se creía absolutamente seguro, pero que ex post no lo es.

Y el Banco Mundial es cómplice del silencio. Como el primer banco de desarrollo del mundo debería saber que sin arriesgarnos a abrir las puertas tras las cuales, con suerte, podamos conseguirnos lo que ayude impulsarnos hacia adelante, sólo quedaremos atascados en el pasado.

Hoy, cuando el tema de la desigualdad está tan de moda, no ignoremos que el discriminar contra los más débiles, los más riesgosos, solo puede aumentar la desigualdad.

jueves, 8 de mayo de 2014

Bancos regulados a punta de ideología

En 2004 escribí en el Financial Times: "Los reguladores bancarios en Basilea, puede que sin saberlo, están controlando los flujos de capital del mundo. ¿Cuándo se darán cuenta del daño que hacen al favorecer tanto el crédito bancario a los gobiernos?"

En mayo de 2014, en Brookings Institute, Washington, discutiéndose el libro de Jean Pisani-Ferry, "La crisis del euro y sus consecuencias" , Jörg Decressin, el subdirector del Departamento de Europa del Fondo Monetario Internacional, FMI, se atrevió dar luz del porqué de aquello... ¡Al fin!... Dios me lo guarde.

Mi pregunta: "En Suecia se canta un salmo que ruega "Dios háganos audaces". Y la toma de riesgos es fundamental en el haber llevado a Europa a donde llegó. No obstante, en junio de 2004, el Comité de Basilea introdujo requerimientos de capital basados en riesgos percibidos, lo cual subvenciona la aversión al riesgo y grava la toma de riesgos.

Por ejemplo, un banco alemán, al prestarle a un empresario alemán debe mantener un 8 por ciento de capital (patrimonio), pero al prestarle a su gobierno, o a Grecia, no se le exige tener capital. Eso distorsiona la asignación del crédito bancario en toda Europa. El libro no menciona ese problema. ¿Algún comentario?"

Su respuesta: "Usted plantea una buena pregunta y una respuesta a ésta gira en torno a:

¿Cree usted que los gobiernos tienen una función estabilizadora en la economía?

¿Cree usted que el gobierno es fundamentalmente algo bueno?

Si eso es lo que usted cree, entonces no tiene necesariamente sentido requerirle a los bancos capital sobre las compras de deuda soberanas; ya que se cree que el gobierno al final debe actuar como un estabilizador cuando el sector privado esté huyendo del riesgo; que es cuando el gobierno tiene que ser capaz de intervenir; y lo último que queremos entonces es que la gente también liquide la deuda pública y, básicamente, no sé lo que haría...comprar oro.

Si por el contrario su opinión es que el gobierno es el problema, entonces usted si requeriría capital, por lo que todo depende de donde se encuentra usted [ideológicamente] parado.

Creo que el tema de los gobiernos siendo el principal problema, era en gran medida una historia de la década de los setenta, y hasta cierto punto de los ochenta. Los problemas que hoy nos ocupan son más los problemas en el sector privado, se trata de excesos en los préstamos privados, algo que ha demostrado ser muy difícil para nosotros controlar. Tenemos esperanzas en el uso de instrumentos macro-prudenciales, pero éstos no han sido probados, y sólo el futuro dirá cómo tratar con ello cuando nuevos booms crediticios evolucionen". Fin de cita.

El autor Jean Pisanny-Ferry dijo estar de acuerdo con aquello y ahí lo dejó.

¡No Decressin! No se trata de gobierno o de privado, se trata del equilibrio entre los dos, el cual está roto.

Y no pude repreguntar: ¿Dice Ud. que hay que apoyar a los empréstitos del gobierno ex ante, para que el gobierno puede ayudarnos mejor ex post? ¿No trae eso que cuando verdaderamente necesitemos al gobierno, éste no va a ser capaz de ayudar, por cuanto entonces el mismo ya estaría demasiado endeudado... como Grecia?

¿Quién autorizó a los reguladores regular la banca con su ideología?

¿Y qué decir a quienes sostienen que el FMI es un bastión del neoliberalismo?... ¿Sólo una fachada tipo Potemkin?

Europeos, la reforma estructural más necesaria para que Europa crezca, es desechar los actuales reguladores con su tonta aversión al riesgo y su ideología pro-gobierno y anti-ciudadana.

jueves, 6 de febrero de 2014

Un capital bancario requerido absurdo

Los bancos se protegen de los riesgos de las pérdidas que perciben, con los intereses que cobran, los montos que arriesgan y las demás condiciones. Y si un banco no logra aquello, simplemente no sabe lo que hace y es mejor para todos que quiebre y desaparezca.

En tal sentido lo que verdaderamente puede poner en peligro todo el sistema bancario son las pérdidas no esperadas, así como factores externos tales como políticas gubernamentales equivocadas, por ejemplo locuras macroeconómicas.

No obstante lo anterior los reguladores del Comité de Basilea decidieron, en 2004, con Basilea II, que los bancos mantuviesen capital en función de los riesgos percibidos, o sea, en función de las pérdidas esperadas.

Y por lo cual las pérdidas esperadas se consideraron doblemente, mientras que las peligrosas pérdidas no esperadas y las locuras gubernamentales, no se tomaron en cuenta para nada.

Y a cuenta de lo anterior los reguladores permitieron a los bancos mantener mucho menos capital contra activos percibidos como "absolutamente seguros", que contra activos percibidos como "riesgosos".

Y, por ende, hoy los bancos ganan un retorno sobre capital ajustado por riesgo percibido mucho más grande prestándole a "Los Infalibles", que prestándole a "Los Riesgosos", tales como a las medianas y pequeñas empresas, los empresarios e innovadores.

Y para colmo, como los requerimientos de capital no varían con respecto a la composición de la cartera del banco, no se considera el peligro de una excesiva concentración de riesgo en lo absolutamente seguro, ni tampoco los beneficios derivados de una diversificación entre lo riesgoso.

Y lo anterior significa que la banca no asigna eficientemente los créditos bancarios en la economía real. Basta constatar cómo, por ejemplo en Europa, hoy los bancos se llenan de créditos a los "Infalibles Soberanos", o a los que por su calificación crediticia pertenecen a la AAAristocracia, mientras que "Los Riesgosos", quienes podrían ayudar a crear empleos, cada día consiguen menos créditos.

Lo anterior impide esa toma de riesgo tan necesaria para que la economía real pueda crecer fuerte y no fofa. Hoy la banca no toma el riesgo de financiar el futuro, y solo refinancia el pasado que se percibe más seguro.

Hace siete años se desató la crisis con los títulos garantizados por hipotecas mal otorgadas al sector "subprime" de Estados Unidos. Por cuanto tales títulos recibieron una calificación de crédito AAA, Basilea II le permitía a la banca mantenerlos en cartera contra sólo un 1.6% de capital... un apalancamiento autorizado de ¡62.5 veces a 1!

Como comprenderán, las inmensas pérdidas que los anteriores títulos provocaron, no fueron el resultado de pérdidas esperadas, sino de pérdidas inesperadas derivadas de una equivocada percepción de riesgo.

Y esa inmensa falla regulatoria aún ni siquiera se discute. Y los responsables han logrado vender muy bien su "yo-no fui". Ejemplo de ello es Mario Draghi, quien por años fue el presidente del Consejo de Estabilidad Financiera que colaboraba de cerca con el Comité de Basilea, y hoy es presidente del Banco Central Europeo. Como ven en todos sitios se cuecen habas.

¿Qué sugiero? Una solo porcentaje de capital para todo activo. Por ejemplo 8%. Así habría con qué enfrentar muchas pérdidas no esperadas, sin causar distorsiones.