domingo, 25 de octubre de 2015

Los reguladores bancarios del Comité de Basilea son unos irresponsables locos sueltos.

Estos son datos que se encuentran en la web:

La tasa de mortalidad por cada 100 millones de millas del vehículo viajado en motocicletas es 21,45
La tasa de mortalidad por cada 100 millones de millas del vehículo viajado en coches es 1,14
En 2011 en los EE.UU., 4.612 personas murieron en accidentes de motocicleta
En 2011 en los EE.UU., 32.479 personas murieron en accidentes de vehículos

Asi que, a pesar que viajar en moto es 20 veces más riesgoso que en coche, los coches causan aproximadamente 7 veces más muertes que las motos.

Eso es, por supuesto, porque a mas riesgoso algo se percibe, más cuidado se toma.

Ahora bien los reguladores decidieron requerirle a los bancos tener mayor capital cuando le prestan a las riesgosas motos de la economía, las PYME y los empresarios, que cuando le presta a los seguros carros, los conductores de automóviles, los soberanos y las empresas con calificaciones crediticia altas… a pesar de que es mucho mas probable que los préstamos excesivos claramente peligrosos, se le otorguen a los últimos.

Además, como el capital que debe tener un banco es antes que nada para permitirle una cierta cobertura contra pérdidas inesperadas, basar esos requerimientos en las perdidas crediticias esperadas, no tiene ni pies ni cabeza.

Y comenzar a regular la banca sin siquiera definir su propósito, como el de adjudicar de manera racional el crédito bancario a la economía real, es el colmo de las irresponsabilidades.


domingo, 18 de octubre de 2015

No es posible salir de la crisis económica mientras el riesgo crediticio sea exageradamente considerado


Y yo, su algo menos joven profesor de finanzas en la Universidad Metropolitana (1974) le respondo:

Querido Moisés, mientras los reguladores bancarios insistan en esa tontería de basar sus requerimientos de capital que los bancos deben tener para enfrentar perdidas inesperadas, en las perdidas esperadas por riesgos de crédito, no hay manera que el mundo logre salirse de forma sostenible de la crisis. 

Esas regulaciones ordenan a más riesgo crediticio percibido, mayor el capital que debe tener la banca – y a menor ese riesgo menor el capital. 

Aun cuando eso te pueda sonar lógico, no lo es. Eso por cuanto los bancos ya consideran los riesgos crediticios que perciben para fijar sus tasas de interés y montos de créditos, y por lo tanto, cuando los reguladores usan las mismas percepciones de riesgo crediticio para establecer sus requerimientos de capital, los riesgos percibidos de riesgo crediticio terminan siendo considerados doblemente. 

Y, no importa cuan perfectamente esté percibido un riesgo crediticio, si es excesivamente considerado llevará a una equivocada decisión crediticia. 

Además no cabe la menor duda que lo que se percibe como absolutamente seguro, tiene un potencial mucho mas grande de producir perdidas inesperadas que lo que ya se percibe como riesgoso. 

Las regulaciones actuales son tan pero tan locas que la única manera como la percepción del riesgo crediticios resulte en una correcta adjudicación de créditos a la economía real, es que tales percepciones sean adecuadamente equivocadas… que lo seguro sea mas seguro de lo que se percibe, y que lo riesgoso sea mas riesgoso que lo que se percibe. 

El hecho de haber de tal manera considerado excesivamente el riesgo crediticio, exigiendo a los bancos tener mucho mas capital social cuando le prestan a alguien riesgoso que cuando le prestan a alguien dizque seguro, ha resultado en que la banca financie demasiado generosamente lo percibido o declarado como seguro, y se abstenga de financiar lo “riesgoso”, como las PYMES y los emprendedores. 

Y a sabiendas que la voluntad de toma de riesgo es elemento indispensable para empujar el desarrollo de una economía, pues ya deberíamos poder estimar lo que esa tonta aversión al riesgo crediticio del regulador bancario nos trae. 

Y lo mas triste de todo, es que todo eso resulta completamente inútil. Todas las grandes crisis bancarias del mundo han sido consecuencia directa de excesivas colocaciones en activos equivocadamente considerados como seguros, y jamás de excesivas colocaciones en activos correctamente identificados como riesgosos. 

Recibas un abrazo, 

Per